Adelmar Funk, Director del Zoo de América, hace ya un tiempo que denunció situaciones anómalas con respecto a los agroquímicos y la forma de utilizarlos en el partido de Rivadavia. Ahora le volvió a enviar una nota al intendente Sergio Buil donde solicita acciones concretas.
La Defensoría del Pueblo de la Nación en su resolución 00029/14 del pasado 30 de setiembre trata sobre las graves consecuencias de las fumigaciones en el ámbito de las escuelas rurales. Según Adelmar Funk “esto no hace más que confirmar lo que vengo advirtiendo públicamente y que tanto el intendente Buil como el Honorable Concejo Deliberante de Rivadavia lo saben, porque yo se los informé oportunamente y por escrito. Esto es realmente grave desde mi punto de vista. Y acá fue relativizado” remarcaba el Director del Zoo. “¿Por qué digo esto? Por declaraciones de funcionarios minimizando el problema, por el leve accionar del municipio y porque no le otorgaron al problema la jerarquía que merece”.
“Quiero aprovechar a ratificar mis oportunas expresiones de advertencia sobre la problemática y ahora agrego que independientemente de algunas acciones que se hicieron, la situación en relación a las fumigaciones en nuestro distrito no mejoró en nada, al contrario, se empeoró. Ha habido fumigaciones en el radio periurbano (calle de por medio con vecinos cuyos domicilios lindan con área rural), hubo fumigaciones directas sobre las personas vía aérea por parte de un piloto de una empresa aérea local. Hay una permanente circulación en el radio urbano y céntrico de América de vehículos (camionetas) transportando bidones con agroquímicos. Noto que se han utilizado por parte de vecinos frentistas herbicidas en la vereda, como parte de la práctica de mantenimiento para evitar la tarea del corte de pasto, por citar algunos casos” decía Funk.
El municipio pude hacer mucho por esto
“Sigo con la absoluta convicción de que mucho es lo que se puede hacer desde el municipio y otras organizaciones sociales, empresas y particulares, para mitigar los efectos de las fumigaciones (aún sin contar con una ordenanza ideal para el momento y circunstancias actuales); como también afirmo que reconocer el problema, y comenzar necesaria y urgente la búsqueda de soluciones, en un contexto donde por ahora “no se pide que se deje de fumigar ni de producir”, sino de buscar mitigar los efectos de la actividad en la población. Ya con eso se generaría un marco de confianza de la población tanto hacia las autoridades como hacia las empresas del sector relacionadas con la actividad agrícola”. También, a la hora de generar la necesaria confianza para el mantenimiento de la armonía social es imprescindible que el municipio ponga a disposición de los interesados la información sobre la ubicación de los depósitos de agroquímicos en el distrito tanto como volúmenes y tipos de sustancias almacenadas.
